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domingo, 7 de septiembre de 2014

~ PASAJES CON EL MISMO DESTINO Y DISTINTA SUERTE ~

Autor: Franklin Franco P.                                                 Profesor: Geovanny Vicente Romero


“Se tiene la costumbre de creer que la prisión era una especie de depósito de criminales, depósito cuyos inconvenientes se habrían manifestado con el uso, de tal forma que se diría era necesario reformar las prisiones, hacer de ellas un instrumento de transformación de los individuos”.

~Michel Foucault

Najayo. Palabra icono nacional que simboliza lo que de seguro será el espacio de peor condición para aquellos que adquieren su boleto de entrada en primera persona luego de transgredir las normas de orden público locales a las que incurren directa, indirecta, premeditada o inintencionadamente. ¿Quedará desarraigada esta percepción?
Pero, en la actualidad, ¿Qué es Najayo? En el sentido penitenciario, actualmente para dar referencias de Najayo es preciso especificar a qué se hace referencia: Najayo Hombres, Najayo Mujeres, Viejo Modelo, Nuevo Modelo, puesto que emplear estos términos de manera conjunta solo puede ser válido para resaltar el contraste existente entre  sí.

Najayo Mujeres, el segundo centro bajo las directrices del nuevo modelo penitenciario dominicano basado en la filosofía de respeto a la condición humana de las personas privadas de libertad, donde el silencio acogedor que principia sus instalaciones, da evidencia de lo que dentro sucede. Ahí se suprime de inmediato la vieja filosofía de la cual hace referencia el historiador citado en el encabezado del presente escrito, de creer que la prisión es un depósito de criminales. Lo que encontramos ahí es un verdadero sistema rehabilitador de vida, que no deja espacio de ocio entre horas y horas de las a veces largas esperas para culminar el periodo de la pena adquirida y que por el contrario organiza el itinerario cotidiano de quienes se encuentran ahí cumpliendo la pena legal establecida, esto es válido decirlo cuando hasta para el uso del sistema de salud es clasificado.

Najayo Hombres, las estadísticas reflejan la realidad, la transición, el hacinamiento y la corrupción. Najayo (Najayo Hombres) cuna de grandes relatos populares que han despertado el temor histórico que personifica su nombre, sigue siendo lo que se comenta. Centro que en la actualidad se encuentra abordado por el tren del positivo Nuevo Modelo Penitenciario, no ha mermado significativamente la historia de Najayo (Najayo Hombres), sistema que a su llegada traza retos administrativos penitenciarios que asumen responsablemente los agentes VTP día tras días. La ausencia de asistencia penitenciaria clasificada que se vislumbra conduce a estos VTP a suplir de manera parcial la mayoría de los requerimientos que fuera de su competencia se presentan. Lo que se alcanza a apreciar de forma tangencial es que se puede mantener milagrosamente el orden muchas veces con la colaboración de los internos que mayor influencia ejercen sobre sus iguales. Hay que ser expertos de psicología improvisada para obtener la colaboración de estos individuos.

El no hacinamiento, el control e individualización precisa de internas cuyo registro se lleva de manera religiosa, captación del comportamiento el cual  se recoge con una pizca de colorido es a mi percepción humano, aceptables métodos de comunicación con el exterior, desde la utilización de las líneas telefónicas, recibimiento de visitas, área infantil para la comunicación con los hijos de estas internas y área de visitas conyugales debidamente habilitadas, los métodos de administración financiera que impide el uso del papel moneda evita las practicas negativas para la obtención del mismo. La colaboración que reciben los coordinadores de este nuevo modelo por parte de las internas es agradable. ¿Qué decir?, pese a que están privadas de libertad se observa en el rostro de cada una el agradecimiento de ser tratadas como personas a las que se les confía un nuevo comienzo, una esperanza de reintegración y una verdadera valoración de la libertad futura de cada una de ellas. En sus rostros apreciamos que sus historias no terminan allí, por el contrario, allí acaban de empezar. 

Quisiera externar que en lo personal para no cansar al lector podría resumir la situación que se vive en Najayo Hombres con tres palabras: “Todo lo contrario”, pero no podemos desanimarnos, pues la panorámica que actualmente se recoge de lo que aún le pertenece al pasado en este recinto te hace creer ver en los ojos de cada uno la paciente espera de la nueva gestión que pronto ha de recogerlos de sus pesares adquiridos, en otros se vislumbra la indiferencia en cuanto al tema y por otra parte la inquietud de aquellos que son beneficiarios de la actual situación.

Al visitar dos centros Penitenciarios como son Najayo Mujeres y Najayo Hombres, nos damos cuenta de inmediato que pese a ser complejos separados solo por un muro de concreto de algunos centímetros de grosor, las condiciones son sumamente diferentes. Mucho le debemos agradecer a aquellos quienes creen en la recuperación de este centro, que despiertan día a día y se encaminan voluntariamente a dar por gracia lo que por gracia han recibido (VTP), con el objetivo de devolverle desinteresadamente a la nación lo que la corrupción de nuestras calles nos arrebató. Me refiero a los ciudadanos. Cuando esto termine quedará bastante por hacer.


El reto habitual que plantea esta transición me ha hecho la invitación luego de mi tímido paso por las instalaciones, a buscar aportar mi grano de arena, y me ayuda a invitar a que aquellos transeúntes que no conocen la situación nacional que combatimos a que se sumen como consideren con el motivo de tratar de prevenir las practicas que conducen a estos individuos a las ya vistas instalaciones de donde no es seguro salir, pero, que a los que ya han entrado les brindemos aquello que esté a nuestro alcance para hacer más llevadera la pesada pena y comunicarles que los esperamos fuera con otro destino y con otra suerte.

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