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domingo, 7 de septiembre de 2014

“Visita”

Autor: Paola Cruz                                                                       Profesor: Geovanny Vicente Romero

Me fue asignado elaborar un ensayo artículo sobre mi experiencia dentro de los centros penitenciarios Najayo Mujeres y Najayo Hombres.
Ambos centros pertenecen, en circunstancias diversas, al nuevo modelo penitenciario, uno de los avances más significativos del país en los últimos años, que ha dado cabida a un sector de la sociedad que estaba totalmente desmoralizado, olvidado de su condición humana. Un nuevo sistema que busca humanizar las cárceles, aumentando la calidad de vida de los que se encuentran privados de libertad, en virtud de una orden emanada de alguna autoridad judicial competente, con miras a obtener su readaptación, eliminar o disminuir su peligrosidad y atender sus necesidades de orden moral o material, en coordinación con otros servicios afines, sean éstos de carácter público o privado (Art. 7 - Ley 224).  Todo esto en aplicación a lo que establecen las leyes y las normas internacionales al respecto.
Debo confesar que al escuchar la asignación estaba emocionada, recuerdo pensar: “será interesante escribir sobre esta visita”, pero ¡oh! (vaya sorpresa) ha sido realmente complicado, no porque falten palabras (ellas están), sino por no tener idea de cómo plasmarlas, fue tal la conmoción al ver y comparar dos realidades que, cayendo en lo absurdo, son tan distintas.
A un extremo, Najayo Mujeres, que desde 2003 fue inaugurada  como Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres, donde pude observar varios aspectos:
•           seguridad: personal capacitado para la vigilancia de las internas.  Estas están debidamente identificadas, preventivas y condenadas.
•           condiciones de las plantas físicas: cuenta con áreas limpias y divididas (alojamientos con sus respectivas camas, salón, panadería, comedor, tienda de manualidades, quiosco, biblioteca, aulas para recibir docencia); el centro tiene capacidad para alojar a 309 internas, hoy cuenta con 289, entre ellas dominicanas y extranjeras, condenadas y preventivas; un número, sumamente, equilibrado.   
•           personal organizado: posee  cuerpos administrativos  y asistenciales capacitados que buscan dar respuesta a las necesidades de las internas.
•           actividades de rehabilitación: además de la educación que se imparte y los servicios  de INFOTEP y UTE, dentro del centro se realizan actividades culturales, hay un grupo de teatro, canto, baile; artesanales, realizan manualidades con materiales reciclados; actividades deportivas.
Es gratificante ver que el sistema está respondiendo, poco a poco,  a las necesidades que requieren las internas. 
Al otro, Najayo Hombres que está en proceso de transformación (con un 20% del nuevo modelo) y reparación, por mantener la estructura original. Con capacidad para albergar a 894 internos, hoy cuenta con 1812, entre ellos dominicanos y extranjeros, condenados y preventivos; casi el triple de lo que puede soportar.
Como mencioné aún queda un 80% de la población que vive en el viejo sistema, que para mí sería la descripción perfecta del mismo infierno. Suciedad, aglomeración (más de 3 personas durmiendo en un cubículo sumamente estrecho), clima alborotado, desorden, sin espacio, sin segregación, sin camas, sin uniformes, sin áreas organizadas para recreación y esparcimiento, pocas actividades culturales, etc. Donde los preventivos salen más contaminados que cuando entraron.
En contraposición a lo mencionado, en el 20% que funciona como Centro de Corrección y Rehabilitación, se nota el cambio, las plantas físicas son adecuadas para el cumplimiento de la pena impuesta, lo que provoca que el comportamiento de los que allí se alojan sea menos violento. Aquí pude observar los mismos aspectos que en Najayo Mujeres.
Es de aplaudir la labor que realiza el personal administrativo y asistencial para con los internos aun con la poca inversión que obtienen del Estado y del bombardeo de preventivos que sale a diario de nuestros tribunales.
Solo queda decir que el Estado debe implementar políticas de prevención contra la delincuencia y aumentar la inversión en este sector; también nuestros tribunales deben tomar consciencia sobre la imposición desmedida de la prisión preventiva como medida de coerción.

Espero que se mantenga el propósito principal del nuevo sistema, una buena organización penitenciaria que rehabilite y reinserte recuperado al individuo a la sociedad, sustentada por: estructuras (planta física adecuada para el cumplimiento de la pena impuesta), capital humano (que vele por el trato digno del interno) y gestión del mismo (organización).

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