Autor: Paola Cruz Profesor: Geovanny Vicente Romero
Me
fue asignado elaborar un ensayo artículo sobre mi experiencia dentro de los
centros penitenciarios Najayo Mujeres y Najayo Hombres.
Ambos
centros pertenecen, en circunstancias diversas, al nuevo modelo penitenciario, uno de los avances más significativos
del país en los últimos años, que ha dado cabida a un sector de la sociedad que
estaba totalmente desmoralizado, olvidado de su condición humana. Un nuevo
sistema que busca humanizar las cárceles, aumentando la calidad de vida de los
que se encuentran privados de libertad, en virtud de una orden emanada de
alguna autoridad judicial competente, con miras a obtener su readaptación,
eliminar o disminuir su peligrosidad y atender sus necesidades de orden moral o
material, en coordinación con otros servicios afines, sean éstos de carácter
público o privado (Art. 7 - Ley 224). Todo
esto en aplicación a lo que establecen las leyes y las normas internacionales
al respecto.
Debo
confesar que al escuchar la asignación estaba emocionada, recuerdo pensar:
“será interesante escribir sobre esta visita”, pero ¡oh! (vaya sorpresa) ha sido realmente complicado, no porque falten
palabras (ellas están), sino por no tener idea de cómo plasmarlas, fue tal la
conmoción al ver y comparar dos realidades que, cayendo en lo absurdo, son tan
distintas.
A
un extremo, Najayo Mujeres, que
desde 2003 fue inaugurada como Centro de
Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres, donde pude observar varios aspectos:
• seguridad: personal capacitado para
la vigilancia de las internas. Estas
están debidamente identificadas, preventivas y condenadas.
• condiciones de las plantas físicas:
cuenta con áreas limpias y divididas (alojamientos con sus respectivas camas,
salón, panadería, comedor, tienda de manualidades, quiosco, biblioteca, aulas
para recibir docencia); el centro tiene capacidad para alojar a 309 internas,
hoy cuenta con 289, entre ellas dominicanas y extranjeras, condenadas y
preventivas; un número, sumamente, equilibrado.
• personal organizado: posee cuerpos administrativos y asistenciales capacitados que buscan dar
respuesta a las necesidades de las internas.
• actividades de rehabilitación: además
de la educación que se imparte y los servicios
de INFOTEP y UTE, dentro del centro se realizan actividades culturales,
hay un grupo de teatro, canto, baile; artesanales, realizan manualidades con
materiales reciclados; actividades deportivas.
Es
gratificante ver que el sistema está respondiendo, poco a poco, a las necesidades que requieren las internas.
Al
otro, Najayo Hombres que está en
proceso de transformación (con un 20% del nuevo modelo) y reparación, por
mantener la estructura original. Con capacidad para albergar a 894 internos,
hoy cuenta con 1812, entre ellos dominicanos y extranjeros, condenados y
preventivos; casi el triple de lo que puede soportar.
Como
mencioné aún queda un 80% de la población que vive en el viejo sistema, que
para mí sería la descripción perfecta del mismo infierno. Suciedad,
aglomeración (más de 3 personas durmiendo en un cubículo sumamente estrecho),
clima alborotado, desorden, sin espacio, sin segregación, sin camas, sin
uniformes, sin áreas organizadas para recreación y esparcimiento, pocas
actividades culturales, etc. Donde los preventivos salen más contaminados que
cuando entraron.
En
contraposición a lo mencionado, en el 20% que funciona como Centro de Corrección y Rehabilitación,
se nota el cambio, las plantas físicas son adecuadas para el cumplimiento de la
pena impuesta, lo que provoca que el comportamiento de los que allí se alojan
sea menos violento. Aquí pude observar los mismos aspectos que en Najayo
Mujeres.
Es de aplaudir la labor que realiza el personal
administrativo y asistencial para con los internos aun con la poca inversión
que obtienen del Estado y del bombardeo de preventivos que sale a diario de
nuestros tribunales.
Solo queda decir que el Estado debe implementar
políticas de prevención contra la delincuencia y aumentar la inversión en este
sector; también nuestros tribunales deben tomar consciencia sobre la imposición
desmedida de la prisión preventiva como medida de coerción.
Espero
que se mantenga el propósito principal del nuevo sistema, una buena organización
penitenciaria que rehabilite y reinserte recuperado al individuo a la sociedad,
sustentada por: estructuras (planta física adecuada para el cumplimiento de la
pena impuesta), capital humano (que vele por el trato digno del interno) y
gestión del mismo (organización).
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