Autor: Yanny Del Carmen N. Profesor: Geovanny Vicente Romero
Una
confluencia es la unión de dos o más cursos de aguas o corrientes marinas,
estas corrientes generalmente suelen ser de
dimensiones semejantes. Así titulo este artículo porque es la realidad
que se vive en los Centros de Corrección y Rehabilitación de Najayo Mujeres y
Najayo Hombres, aquellas prisiones apartadas de la sociedad, que parecieran ser
olvidados por todos y allí donde quizás algún familiar o conocido nuestro ha
hecho de este lugar su hábitat.
Es preciso destacar que aun
cuando la Ley que rige el Sistema
Penitenciario en nuestro país data del año 1984, es hasta el año 2003 que se
empieza a implementar por la Procuraduría General de la República, a solicitud
y por el interés del entonces presidente Dr. Leonel Fernández, beneficiando en
sus inicios a más del 20% de la población carcelaria.
Paradoja de la vida o mejor dicho
de un lado de esta confluencia, Najayo Mujeres pertenece al Nuevo Modelo hace
mas de 6 años, y Najayo Hombres, que se convierte en la otra corriente marina
que forma esta unión, hace alrededor de un año que ha empezado a integrarse a
dicho modelo, perteneciendo solamente en un 20%. Es aquí donde radica una de
las principales diferencias, donde el objetivo común es que las personas
privadas de su libertad se logren rehabilitar para luego ser reintegradas a la
sociedad.
Desde el momento en que se logra
tener un acercamiento con la infraestructura de Najayo Mujeres, se tiene una
idea de lo que se podrá ver allí. Instalaciones cómodas y adecuadas para un ser
humano vivir, higiene, organización y atención, condiciones estas
indispensables para que una persona pueda tener una vida estable y longeva.
Valores como el respeto, la solidaridad y la honestidad, son los que se exhiben
a la entrada de dicho centro, donde las internas no son juzgadas y perseguidas
por el delito que cometieron, sino donde se les da un trato humanizado y donde
se les garantiza tener una vida más
digna.
Najayo Hombres, desde lejos produce
hasta miedo. La vista panorámica que se observa desde el frente, es un techo
lleno de desorden, formado en gran parte por alambres, tinacos y basura. Aunque
al iniciar su proceso de transición ha cambiado muchas cosas, incluyendo su
color gris, aun da pena y horror lo que muchos hombres privados de libertad
viven allí.
Resulta chocante, tener una visión
inicial muy linda, acogedora y demás, como fue lo vivido en Najayo Mujeres, y
luego de cara al otro lado de la moneda, llegar a un lugar que para ingresar se
realiza un chequeo para evitar que lleves algún elemento que los internos
puedan usar como arma, o simplemente que intentes pasar con algún
estupefaciente.
Según nos expresó el Sub-director
de Tratamiento del Penal de Hombres, los espacios donde funcionan actualmente
las oficinas de dicho centro, eran utilizados por ciertos internos de renombre
y solventes como sus habitaciones, gozando estos de prácticamente un pequeño
apartamento dentro del penitenciario.
No todo se queda ahí, lo que
realmente causa dolor y lo alarmante de esta realidad es que este lugar se
construyó para acoger a 894 personas, y al momento de que el Nuevo Modelo
Penitenciario tomara las riendas de este penal existía una población carcelaria
de 3,000 hombres. Actualmente habitan allí, 1812 internos pudiendo ser esta
cifra un poco inexacta, lo que indica que su población ha sido disminuida, sin
embargo, no se logra con esto hacer frente y detener el hacinamiento tan tenaz
que se ve y se vive en cada rincón de esa su casa.
Pasearse de un pasillo a otro es
cada vez más espeluznante, ver todo tipo de personas, desde el hombre más
joven, lleno de vitalidad, hasta el más anciano. Tener de cerca la condición de
vida a la que están sometidos estos hombres, donde muchos deben dormir en el
suelo porque no tienen donde recostar la cabeza, donde se tiene que hacer una
larga fila para recibir algo de comer, donde en cada rinconcito te encuentras a
alguien, aquel que vende los aguacates a la hora de la comida, o aquel que
dentro de su paletera ofrece cigarrillos a los consumidores, o simplemente el señor
de la cafetería contando el dinero de la venta del día, este es el lugar donde
sobrevive el más fuerte, hacen que te preguntes si estas en un mercado o en un
lugar donde recibes una educación para rehabilitarte.
En cambio, en Najayo Mujeres se
vive otra realidad, cruzas un pasillo y encuentras a las internas ocupadas en
algún oficio, ya sea leyendo un libro, lavando su ropa o limpiando el centro,
recibiendo talleres o charlas. Cabe destacar que estas deben estudiar como
parte del programa, ya sea un curso técnico o hasta una carrera universitaria (se
imparten la carrera de Derecho y de Psicología). Dentro del recorrido pudimos
observar los distintos premios que las internas han ganado en los concursos que
se han realizado entre los Centros Penitenciarios pertenecientes al Nuevo
Modelo, así mismo como las distintas manualidades y obras de artes creadas por
estas mujeres, las cuales son sometidas a un riguroso horario desde la hora de
levantarse hasta la hora de dormir, todo esto con el fin de contribuir y lograr
su rehabilitación.
Como establece la Ley 224-84 sobre Régimen
Penitenciario, en su artículo 13, el sistema penitenciario consta de 3 periodos
aplicables a los ya condenados por sentencia definitiva: observación,
tratamiento y de prueba. Para este último se ha creado el departamento de medio
libre, encargado de regular esta parte. Este periodo solo se aplica a los que
ya están próximos a cumplir su condena.
En Najayo Hombres, no todo está
perdido, aun existe una pequeña luz para los internos, puesto que como se
expreso más arriba, este centro ya cuenta con un área que pertenece totalmente
al nuevo modelo, donde hay alrededor de 90 internos, seleccionados desde todos
los diversos grupos existentes, una gran parte del llamado Vietnam, otra parte
de los que realmente querían pertenecer y una minoría del grupo medio. Pasar
desde el lado que pertenece al viejo modelo al del nuevo modelo es como pasar
de la oscuridad a la luz, diferencias muy notables, desde el color de las
paredes, el olor del lugar, hasta habitaciones bien arregladas, pasillos
prácticamente vacíos y todo en orden.
Y para concluir, he aquí en números
estas dos corrientes de aguas:
|
Najayo Mujeres
|
Najayo Hombres
|
Capacidad
|
309
|
894
|
Internos
|
287
|
1812
|
Reincidencia
|
7%
|
15%
|
Condenados
|
71
|
991
|
Preventivos
|
216
|
821
|
En ambos
centros la mayor tasa de delito corresponde a Homicidios, 92 mujeres y 910
hombres.
A pesar de
todas las precariedades que sufre el Sistema Penitenciario Dominicano, el
trabajo se está haciendo, y paso a paso se irá construyendo un Régimen en el
que quedaran totalmente desactivadas las escuelas de corrupción y se evitará
seguir multiplicando a los delincuentes dentro de las cárceles.
Y aunque
falta mucho por hacer… Se está haciendo lo que nunca se ha hecho.
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