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domingo, 7 de septiembre de 2014

Paralelo a un Centro Modelo Perfecto, uno con Diez Defectos.

Autor: Irina M. Santana S.                                  Profesor: Geovanny Vicente Romero



                                                                                                                                    
Aun cuando paredes paralelas dividen dos centros penitenciarios, es la palabra perfección,  oportuna para definir un primer recorrido por los pasillos del Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres; así lo indican más de veinte premios y reconocimientos que colgados entre repisas, demuestran la calidad del trabajo que arduamente realizan los Vigilantes del Tratamiento Penitenciario, quienes en atención de 287 mujeres, de ellas, 25 extranjeras, 216 preventivas y 71 condenadas, logran familiarizarse con cada una de ellas, de modo tal, ¡que hasta arreglar bien sus camas o lo contrario, puede dar lugar a un estímulo significativo, que expresado con dibujos es dirigido a aquellas internas dentro de alguno de los 9 pabellones que conforman dicho centro!. Otras como, hacinamiento, corrupción, insalubridad, fetidez, incomodidad, desorganización, inseguridad, desorden, carencia y desarmonía, constituyen diez de los defectos a los que a prima facie nos conduce el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Hombres.

El arte y la creatividad destila en cada espacio de este primer lugar, bien lo dejan ver, a través de “expresión de mujer”, una pequeña tienda en donde se comercializa a los visitantes el buen trabajo de la internas, dentro de lo que cabe resaltar el manejo correcto de los cupones entre las mismas, más no del uso del dinero, lo cual está prohibido. 

Contrario a Najayo hombres, en donde aún con normalidad es evidente el uso del dinero, lo que en muchas ocasiones da cabida a la corrupción que aún habita en sus pasillos. Por cuanto, Adolfo de Jesús Serrata, Director del Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Hombres, quien demostró ser una persona con aptitud para dicho cargo, al final de nuestro recorrido, nos comentaba entre otras cosas, "ha sido uno de las malas prácticas entre los internos que aún no han podido ser erradicadas por completo”. No cabe la duda, lo es y lo será, mientras dentro del mismo más de 1,800 hombres, de los cuales, 822 preventivos y 107 extranjeros, sobrepasen su capacidad, por consiguiente, aún sigue en estado de hacinamiento, lo que conlleva al desencadenamiento de consecuencias, que vienen a constituirse en otros de los 8 defectos, que señalados al inicio de esta narrativa y al ser analizados por el lector, dan a entender, que al traspasar varias paredes equidistantes podemos percibir situaciones, historias y condiciones completamente diferentes.

A pesar de que este último se encuentra en una etapa de transición, los Vigilantes del Tratamiento Penitenciario, no han escatimado esfuerzos para aplicar con eficacia y eficiencia al menos a más de 70 internos, preventivos y condenados, ya establecidos en un área acondicionada al nuevo modelo penitenciario, un tratamiento correcto.

Hecho que es aplaudible en ambos centros, lo constituye la capacidad de los agentes que los integran, los cuales demuestran haber sido bien capacitados y educados para estos fines. El Licdo. Desiderio Arias, es uno de ellos, quien además de tener un nombre histórico, funge como Subdirector de Tratamiento de dicho centro, con trato afable y buena disposición, dirigió nuestra jornada educativa.

También Marta Arias, Directora Jurídica del Centro Najayo Mujeres, quien nos instruyó durante todo el trayecto en  Najayo Mujeres, iniciando el mismo con la mención de los principios de dicho centro, dentro de los cuales "la equidad" es sin duda para ellos, el más importante; Adoptados y proclamados por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, se han constituido en herramientas básicas para la aplicación del tratamiento penitenciario.

Aquí todas son iguales, no nos importa cuál es el delito, estamos aquí para reeducar mujeres", fue una de las frases recalcadas por la Licda. Arias en dos ocasiones, así como por Juan Víctor, Agente Penitenciario, quien al abrir las puertas del centro y al ser cuestionado inmediatamente, entre tanta sed de información, nos expresó: “No importa lo que hayan cometido, si tienen dinero o no, aquí a todas se les trata igual”.

Áreas de economato, cafetería, salón de belleza, taller de informática, panadería y taller de costura, son algunos de los espacios que permite a las internas, dentro de las reglas del horario establecido, desarrollar algunas actividades, contrario a Najayo Hombres, donde solo percibimos un economato, un gymnasio casero y una caseta que asemeja ser una cafetería.

Minutos antes del medio día fue nuestro ingreso a este último centro, tiempo en el cual algunos habían sido y otros estaban siendo provistos de alimentos, se encontraban dispersos, la mayor aglomeración se encontraba en el área de comedor, así la identificamos, pues en dicho lugar se realizada el servicio y la distribución de los alimentos. Mientras recorríamos en fila todo este espacio cientos de miradas eran centradas hacia nosotros, y recuerdo con exactitud la expresión de un anciano que al trasladarse en muletas nos exclamo: “¡Tomen el ejemplo de Mandela y estudien!”. En lo adelante, coincidencialmente al ingresar a uno de los pabellones del nuevo modelo penitenciario, cuestionamos a uno de los internos preventivos ya establecido en el área adecuada, el cual nos informó que impartía clases de matemáticas, las que en principio son obligatorias para aquellos que se encuentren establecidos en el nuevo modelo.

Más sobre estadísticas jurídicas.
La comisión del tipo penal más común entre los internos e internas, mujeres y hombres, es una de sus principales diferencias, siendo el caso de Najayo Mujeres la violación a la ley 50-88, sobre drogas y sustancias controladas, en el cual un total de 81 mujeres han sido imputadas y condenadas por ese tipo penal, cantidad en la cual son incluidas las extranjeras, 1 Puertorriqueña, 2 Holandesas, 3 Peruanas, 1 Alemana, 2 Españolas, 1 Ecuatoriana, 1 Venezolana y 3 Colombianas, todas por la misma violación, mientras que las de nacionalidad Haitiana es decir las 10 restantes, son por riñas. Por el contrario 710 de hombres en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Hombres han sido condenados e imputados por el tipo penal homicidio, siendo los hombres de nacionalidad Haitiana quienes representan la mayor cuantía de extranjeros en dicho centro.

Si bien es cierto que el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres cumple con los estándares establecidos en el nuevo modelo penitenciario, no menos cierto es que lejos de la realidad que hoy se adentra en Najayo Hombres, el optimismo y la aspiración de sus Directivos solo espera por los suficientes recursos del Estado para romper con la desigualdad que se vocifera entre estos centros, que solo estando divididos por paredes, mantienen realidades completamente diferentes.

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