Autor: Sheiner Adames T. Profesor: Geovanny Vicente Romero
El
sistema penitenciario Dominicano está dividido en dos mundos, el nuevo modelo
penitenciario y el viejo modelo penitenciario. Esto lo hemos podido constatar
en nuestra visita a los Centros de Corrección y Rehabilitación (CCR) Najayo
mujeres/hombres.
Al
recorrer las instalaciones de ambos CCR la impresión que nos llevamos está
expresada en el título de este artículo. Estos centros se encuentran uno al
lado del otro, a escasos metros, pertenecen al mismo Sistema Penitenciario
Dominicano, sin embargo la diferencia más abismal que existe entre ambos es que
uno (mujeres) funciona bajo los regímenes del nuevo modelo de gestión
penitenciaria y el otro (hombres) bajo el viejo modelo.
En
el nuevo modelo se observa el orden, la organización, las garantías, las
oportunidades y facilidades, mientras que en el viejo modelo vemos la
desorganización, la improvisación, el desorden, el hacinamiento, lo inhumano,
entre otras cosas que por economía procesal nos reservamos.
En
Najayo mujeres, podemos observar una organización digna de un verdadero sistema
penitenciario, aquí se respetan todas las normas y procedimientos contenidos en
las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, resolución emanada de
la ONU y que se encuentra a la entrada del centro. De esta manera, pudimos
verificar que la ley de régimen penitenciario Dominicana es la norma legal que
rige estos centros y su organización, por lo que en el recorrido por este
centro nos dimos cuenta que esta se respeta a cabalidad. Como resultado del
imperio de la ley en este centro obtenemos la dignificación en el tratamiento
de las internas, así como su calidad de vida es muy diferente a lo que se vive
en un centro bajo el viejo modelo.
El
hacinamiento ha sido uno de los más grandes problemas que ha solucionado este
nuevo modelo de gestión penitenciaria. En el CCR Najayo Mujeres esto no existe,
incluso al centro le quedan unos cuantos alojamientos vacíos para albergar
varias internas más. Por lo que podemos afirmar categóricamente que las
autoridades penitenciarias dominicanas han tenido bien merecidos los
reconocimientos ganados a nivel nacional e internacional por los avances en
este sentido.
El
personal penitenciario (Agentes VTP) que nos acompañó durante nuestra visita en
el centro de mujeres fueron muy amables, además de que mostraron capacidad y
aptitud para realizar su trabajo, y también nos expresaron que se sienten muy a
gusto y conformes con su labor.
Es
importante resaltar que las internas pueden tener a sus criaturas recién
nacidas dentro del centro hasta cierta edad, esto es similar a las unidades de
madres que existen en Alicante, España con relación al recinto penitenciario
que permite esta facilidad, esto es modernidad, desarrollo, todo sistema
penitenciario moderno debe aspirar a que el interno o la interna tenga una vida
lo más parecida posible a la vida en libertad sin detrimento de las
regulaciones especiales que rigen a los privados de libertad.
Cuentan
también con salón de belleza, cafetería, salón de actividades, aula de
informática, salón de clases, entre otras facilidades que hacen posible la
regeneración de estas internas, las cuales en palabras de las autoridades del
centro, se comportan calificación excelente y lo pudimos confirmar visualizando
las hojas de evaluación del comportamiento pegadas en las paredes.
Pasamos
de una experiencia gratificante a otra no tanto. Hablamos del paso al viejo
modelo desde Najayo mujeres a la de hombres.
Hay
que especificar que el centro de hombres se encuentra en una etapa de
transición, hace aproximadamente un año que las autoridades penitenciarias
hacen esfuerzos sobre humanos para incorporar este centro al nuevo modelo de
gestión penitenciaria, pero lamentablemente sólo se encuentra al 20%.
La
transición se observa desde la parte frontal cuando vemos que el letrero está a
medio pintar y reza: “Centro de corrección y rehabili”, por lo que hasta en la
rotulación del nombre del centro no se ha completado aun la transición y se ha
“dejado así” prácticamente en buen dominicano este letrero.
El
mayor aspecto que podemos resaltar de esta parte del complejo penitenciario de
Najayo, San Cristóbal destinado a los hombres, es que los agentes de Vigilancia
y Tratamiento Penitenciario (VTP) están muy bien preparados y hacen una labor
encomiable para lo difícil que es trabajar en un centro con estas condiciones.
Los
agentes VTP Adolfo de Jesús Serrata director del CCR Najayo hombres y Desiderio
Álvarez Arias Sub-director de tratamiento penitenciario, nos atendieron con
toda la amabilidad del mundo y estuvieron presentes durante todo nuestro
recorrido por el centro.
Como
dijimos anteriormente, y se expresa en el título del presente escrito, dentro
de este centro se observa el apartheid del viejo al nuevo modelo de gestión
penitenciaria. Drogas, armas, dinero, hacinamiento, entre otros problemas
graves se siguen observando allí.
Nosotros
entendemos que no se puede hacer una crítica solamente por hacerla. Es
necesario ofrecer propuestas de soluciones a estos problemas que afectan
nuestro sistema penitenciario, y que estamos señalando con responsabilidad
porque hemos constatado in situ la existencia de los mismos.
A
través de preguntas al personal que labora en este recinto y a los internos que
allí purgan una pena nos dimos cuenta que para atender a las necesidades de los
mismos y erradicar ese pasado nefasto del viejo modelo, se hace imperante una
mayor inversión, un mayor presupuesto que dé al traste con la eliminación de
todo esto, y se construya la solución definitiva a estos problemas.
Finalmente
podemos esbozar muchas razones por las cuales en pleno siglo XXI todavía
tenemos centros penitenciarios en estas condiciones, sin embargo la
incorporación al nuevo modelo de gestión penitenciaria de todos los centros del
país depende de una sola cosa, VOLUNTAD POLITICA, y es lo que esperamos, porque
si no seguiremos teniendo ¨Dos mundos; un sistema¨.
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