A DON JOSE HAZIM AZAR
Siempre supiste ser
espontaneo y sencillo,
igual que el trinar puro
de las aves del bosque,
también solidario y sincero
leal, afectuoso y amigo,
como aquellas blancas olas
que nunca escapan del mar
o como el agua permanente
de un inagotable y cristalino rió.
Hoy siento por ti
un orgullo primario
al saber que has merecido
que el pueblo honre tu memoria
por las luchas fecundas
y las obras que realizaste.
…Pero a la vez
sufro un esencial vacío,
porque sé que no te veré mas
en el viejo parque,
frente a los caracoles,
ni podre oír nueva vez tu risa
o tu firme voz clamando paz
entre el salitre y el sonido
de las brisas del mar.
Don José,
aquel orgullo primario
y este esencial vacío
hacen que hoy te recuerde
igual que cuando estabas vivo.
Recuerdos de Don José Hazim Azar y la UCE.
Mag. Edgar Hernández Mejía.
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